El uso de tapones de baño es una medida que protege a los oídos frente al riesgo de contraer afecciones vinculadas a la exposición prolongada en el agua, pero hay que estudiar cada caso con el especialista en audiología que ofrecerá la solución correcta.
Es obligatorio el uso de tapones para los oídos en pacientes que tienen sensibilidad especial al agua, perforaciones en el tímpano o han sido intervenidas de ciertas afecciones del oído (intervenciones del colesteatoma y mastoidectomías).
Es recomendado el uso de tapones en aquellos casos en los que se producen otitis externas de repetición por baños, taponamientos óticos por cera o en los pacientes cuyo conducto auditivo externo es tan estrecho que la expulsión del agua les resulte compleja.
Por el contrario está totalmente contraindicado su uso para bucear, incluso a profundidades de 3-4 metros, con el riesgo de padecer perforaciones timpánicas y daños irreversibles en el oído medio y el oído interno.
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