Los nuevos hábitos y la exposición a las pantallas, tanto en el tiempo de ocio como en el trabajo, ha provocado que los problemas de visión hayan aumentado en los últimos años. Por ello, un seguimiento continuo de nuestro estado de visión por profesionales es imprescindible.

Pero, ¿sabes cuándo debes hacerte una revisión oftalmológica?

¿Por qué es importante la revisión oftalmológica?

La revisión oftalmológica cobra especial importancia a partir de los 45 años, ya que a esta edad se empieza a notar dificultad para enfocar objetos cercanos. Sin embargo, los nuevos hábitos hacen que aparezcan problemas a edades cada vez más tempranas.

La revisión de la vista aplicada a los mayores de 45 años permite conocer el riesgo de desarrollar problemas de diabetes o hipertensión arterial. Otros aspectos a tener en cuenta son la degeneración macular, la retinopatía diabética o el glaucoma. Por este motivo, es muy necesaria a la hora de detectar cualquier tipo de enfermedad ocular y garantizar la buena salud de nuestra visión.

Cada cuánto debes hacerte una revisión oftalmológica

Siempre que no haya indicios de padecer algún problema en la visión o la salud ocular, la frecuencia de la revisión oftalmológica dependerá de la edad:

Infancia

Se recomienda que antes de los 6 años de edad se realice una primera revisión oftalmológica para comprobar el correcto desarrollo del ojo y descartar y descartar algún posible defecto visual.

Adolescencia y adultez

En la adolescencia, es recomendable hacer una revisión oftalmólogogica cada dos años en caso de tener algún defecto visual y cada año en el caso de los diabéticos.

Durante la vida adulta, es recomendable hacer una revisión oftalmológica cada 5 años, hasta los 45.

A partir de los 45 años

A partir de los 45 años, la vista cansada, entre otros problemas visuales, llega para quedarse. Es recomendable una revisión oftalmológica anual o, como mucho, cada dos años.

+65

En esta etapa, los defectos visuales se agravan y resulta imprescindible realizar una revisión oftalmológica cada año, con el objetivo de detectar futuros problemas.

¿Qué es la vista cansada o presbicia?

Se trata de una degeneración paulatina que comienza a manifestarse a partir de los 40 o 45 años y continúa evolucionando hasta que se estabiliza alrededor de los 65. Es el principal motivo por el cual se recomienda aumentar la frecuencia de la revisión oftalmológica.

La presbicia hace que los objetos cercanos no se perciban con nitidez. Por norma general, provoca que se vean borrosos aquellos elementos que están situados a menos de un metro de distancia. El motivo es que, con el paso de los años, el cristalino pierde elasticidad y se vuelve cada vez más rígido. Como consecuencia, disminuye su capacidad de acomodación y tiene dificultades para adaptarse y enfocar figuras que se encuentran a diferentes distancias.

Síntomas de la vista cansada

Al llegar a los 45 años, los primeros indicios son muy claros y fáciles de reconocer, además de fáciles de detectar en una revisión oftalmológica

• Dificultad para enfocar objetos a poca distancia.

• Problemas para leer cuando hay poca luz.

• Tendencia a alejar el libro o el dispositivo electrónico para ver nítidamente.

• Necesidad de aumentar el tamaño de las letras en el móvil o la tablet.

• Sensación de que las letras bailan al intentar leer.

• Lentitud a la hora de acomodar la vista al pasar de enfocar un objeto lejano a mirar otro más cercano.

• Fatiga ocular.

• Irritación y picor en los ojos.

• Dolor de cabeza al final del día, debido al sobreesfuerzo.

¿En qué consiste la revisión oftalmológica de la vista cansada?

El Óptico-optometrista detecta la presbicia durante un examen ocular completo. Además de revisar otros problemas oculares, el profesional determinará su grado de presbicia mediante un examen optométrico de la visión, se evaluarán las capacidades visuales de lejos y la visión cercana después.

Los problemas de visión provocados por la presbicia pueden corregirse con:

• Gafas: pueden ser progresivas (con las que se ve correctamente a todas las distancias), bifocales (permiten ver bien a dos distancias: lejos y cerca) o monofocales (sólo sirven para distancia corta).

• Lentillas multifocales.

En ningún caso se recomienda optar por las gafas lupa que se venden en mercadillos, gasolineras, supermercados o farmacias, sin la supervisión y control de un óptico-optometrista.