Dolor de oídos: principales molestias

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Dolor de oídos: principales molestias

El dolor de oídos es una de esas molestias que, aunque a veces parece algo sin importancia, puede complicarse si no se trata a tiempo. 

Es bastante común tanto en niños como en adultos y puede tener muchas causas diferentes. Lo que empieza como una pequeña incomodidad puede transformarse en un problema serio si no se le presta atención.

En este artículo te contamos por qué aparece el dolor de oídos, cuáles son sus causas y tratamientos, y en qué casos es recomendable acudir al médico o a un especialista en audiología.

Qué puede estar detrás del dolor de oídos

No todos los casos de dolor de oídos tienen el mismo origen. Entre las causas más habituales pueden esconderse diferentes patologías: 

  • Infecciones del oído medio o externo: suelen causar un dolor fuerte, a veces acompañado de fiebre o pérdida de audición.
  • Tapones de cera: el exceso de cerumen puede obstruir el canal auditivo y provocar presión, zumbidos o picor.
  • Resfriados y sinusitis: cuando hay congestión nasal, la presión se acumula y puede llegar al oído medio, causando molestias.
  • Cambios de presión: subir en avión, bucear o conducir por zonas altas puede provocar un dolor pasajero por la diferencia de presión.
  • Problemas dentales o mandibulares: una muela del juicio o el bruxismo pueden irradiar dolor hacia el oído sin que haya una lesión auditiva real.

Un dolor que se merece atención

Aunque en algunos casos el dolor de oídos desaparece solo, ignorarlo no es buena idea. Si se mantiene o empeora, puede derivar en infecciones más graves, pérdida de audición temporal o incluso problemas de equilibrio. 

Además, si las molestias aparecen con frecuencia, puede ser señal de que necesitas una revisión, ya que los dolores recurrentes de oídos suelen aparecer cuando algo en el canal auditivo no funciona.

Cuándo se considera urgente

Hay situaciones en las que no conviene esperar:

  • Si el dolor es muy intenso o no mejora en dos días.
  • Si hay fiebre o supuración por el oído.
  • Si aparecen mareos, zumbidos o pérdida de audición.
  • En niños, si se muestran irritables o se tocan con frecuencia la oreja.

La importancia de acudir a un especialista

Cuando el dolor de oídos es persistente o aparece de forma repetida, lo mejor es acudir a un centro especializado como Cottet, donde podemos ayudarte a encontrar las causas de tus problemas de audición con nuestro servicio de audiología.

Una revisión auditiva completa te permitirá saber si se trata de una infección, un tapón de cera o un problema más profundo, y actuar a tiempo para evitar complicaciones.

Qué es el dolor de oídos y cómo se manifiesta

El dolor de oídos es una molestia que puede presentarse de muchas formas: punzante, constante o como una sensación de presión interna. A veces aparece de repente, sin previo aviso, y puede pasar de ser algo leve a un dolor tan intenso que afecta al sueño, la concentración o incluso al equilibrio.

Cómo se siente el dolor de oídos

Cada persona lo nota de una manera diferente, pero hay sensaciones que se repiten con frecuencia:

  • Presión o taponamiento en el oído.
  • Dolor que empeora al masticar o mover la cabeza.
  • Picor o escozor dentro del canal auditivo.
  • Pérdida momentánea de audición o sensación de eco.
  • En casos más graves, supuración o fiebre.

Principales causas del dolor de oídos

El dolor de oídos puede deberse a muchos motivos, y no siempre tiene su origen en el propio oído. En ocasiones el problema viene de la garganta, la nariz o incluso de los dientes.

Causas más frecuentes

  • Infecciones del oído: las otitis son una de las causas más comunes. Pueden afectar al canal auditivo (otitis externa) o al oído medio (otitis media). Suelen provocar dolor intenso, presión y, en ocasiones, fiebre.
  • Tapón de cera: un exceso de cerumen puede obstruir el canal auditivo y generar presión o molestias. Intentar quitarlo con bastoncillos es un error: puede empujar la cera hacia dentro y empeorar el dolor de oídos.
  • Cambios de presión: subir en avión, bucear o conducir por zonas montañosas puede causar dolor por la diferencia de presión entre el oído interno y el exterior.
  • Sinusitis o resfriados: la congestión nasal bloquea la trompa de Eustaquio, que conecta la nariz con el oído medio, y eso puede generar presión o taponamiento.
  • Problemas dentales o mandibulares: una muela del juicio inflamada, una caries o el bruxismo pueden irradiar dolor hacia el oído, sobre todo al masticar o hablar.

Dolor de oídos en adultos y en niños

El dolor de oídos puede afectar a cualquier persona, pero no se manifiesta igual en adultos que en niños.

En adultos

En la mayoría de los casos, el origen está en infecciones externas, tapones o problemas mandibulares. El dolor suele aparecer de forma progresiva y, a menudo, viene acompañado de una sensación de taponamiento, zumbidos en los oídos o una ligera pérdida de audición.

En niños

Los más pequeños son especialmente propensos a las otitis porque sus trompas de Eustaquio son más cortas y horizontales, lo que facilita la acumulación de líquido. 

El dolor de oídos infantil suele mostrarse con llanto, irritabilidad o dificultad para dormir. Si un niño se toca mucho la oreja o tiene fiebre, lo mejor es acudir al especialista.

Síntomas asociados al dolor de oídos

El dolor de oídos casi nunca aparece solo. Suele venir acompañado de otros signos que ayudan a identificar qué lo está provocando.

Señales que no deben pasar desapercibidas

  • Pérdida parcial o total de audición.
  • Sensación de oído tapado o presión interna.
  • Zumbidos o pitidos constantes.
  • Supuración de líquido o pus.
  • Mareos, náuseas o desequilibrio.
  • Fiebre o inflamación visible.

Cuándo debes acudir al médico o especialista

Saber cuándo es el momento de acudir al médico o a un centro especializado es fundamental para evitar complicaciones derivadas del dolor de oídos. 

Aunque en muchos casos se trata de molestias leves o pasajeras, hay situaciones en las que esperar demasiado puede agravar el problema y hacer que el tratamiento sea más largo o complejo. Reconocer las señales de alerta es clave para actuar a tiempo y proteger la salud auditiva.

Cuándo el dolor de oídos requiere atención profesional

El dolor de oídos puede tener causas muy diferentes: desde una simple inflamación hasta una infección bacteriana o un problema dental que se refleja en la zona auditiva. Por eso, cuando el malestar no mejora o se acompaña de otros síntomas, lo más prudente es consultar con un especialista. Estas son algunas de las situaciones en las que no conviene retrasar la visita:

  • Dolor intenso o que no mejora en 48 horas: si el dolor persiste o empeora, puede tratarse de una infección o de una acumulación de líquido que necesita atención médica.
  • Fiebre o secreción por el oído: la presencia de pus o líquido indica una posible otitis media o externa que debe tratarse con medicación específica.
  • Pérdida repentina de audición: si el oído se taponó de forma brusca o se ha reducido la audición, puede haber una inflamación interna o un tapón de cera que requiera intervención profesional.
  • Mareos, zumbidos o sensación de desequilibrio: estos síntomas pueden indicar que el dolor de oídos está afectando al oído interno, responsable del equilibrio.
  • Repetición frecuente de molestias o infecciones: cuando el dolor aparece de manera recurrente, puede haber un problema estructural o una alergia no diagnosticada.
  • En niños pequeños: si un niño se toca la oreja con frecuencia, llora sin motivo aparente o tiene fiebre, lo recomendable es llevarlo al pediatra o a un centro especializado cuanto antes.

Por qué no conviene automedicarse

Muchos casos de dolor de oídos se agravan por el uso de remedios caseros o medicamentos sin receta. 

Aplicar gotas sin saber el origen del dolor, usar bastoncillos o intentar limpiar el oído por cuenta propia puede irritar aún más la zona o causar lesiones. Cada oído y cada caso son distintos, y solo un especialista puede determinar el tratamiento adecuado según la causa.

Qué hace el especialista en la primera revisión

Cuando se acude a un centro especializado como Cottet, el proceso comienza con una valoración completa. El objetivo no es sólo aliviar el dolor, sino encontrar el motivo exacto que lo provoca.

Evaluación inicial

El profesional realiza una exploración visual del oído con un otoscopio, que permite detectar tapones, inflamaciones o infecciones. Si se sospecha una causa más profunda, pueden realizarse pruebas auditivas para medir la capacidad de audición y la presión del oído medio.

Diagnóstico preciso

Una de las ventajas de acudir a un especialista es que puede distinguir entre los diferentes tipos de dolor de oídos: si procede del oído externo, del medio o si está relacionado con otra zona del cuerpo, como la garganta o la mandíbula. Este diagnóstico detallado es fundamental para aplicar el tratamiento correcto y evitar recaídas.

Qué ocurre si no se trata a tiempo el dolor de oídos

Ignorar un dolor de oído que no mejora puede tener consecuencias. Las infecciones no tratadas pueden extenderse y afectar al tímpano, provocando pérdida de audición temporal o incluso permanente en los casos más graves. También pueden aparecer complicaciones como vértigos, acumulación de líquido en el oído medio o inflamaciones crónicas.

Además, el dolor puede interferir en la vida diaria, afectar al descanso y generar una sensación constante de presión o desequilibrio. Por eso, ante cualquier duda, es preferible acudir a revisión y descartar un problema mayor.

Tratamientos más habituales para el dolor de oídos

El tratamiento depende de la causa concreta del dolor de oídos. Por eso, automedicarse o aplicar remedios caseros sin saber el motivo puede ser contraproducente.

Tratamientos más comunes

  • Eliminación de tapones de cera: siempre por un profesional, para evitar dañar el canal auditivo.
  • Medicamentos: antibióticos o antiinflamatorios recetados por un especialista cuando hay infección.
  • Cuidados en casa: aplicar calor local, descansar y evitar mojar los oídos durante la recuperación.
  • Prevención del dolor por presión: usar tapones especiales al viajar o bucear.

Cuidados y prevención para evitar el dolor de oídos

Prevenir el dolor de oídos es posible si se adoptan algunos hábitos sencillos y se realizan revisiones auditivas periódicas.

Recomendaciones útiles

  • No introducir objetos en el oído, ni siquiera bastoncillos.
  • Secar bien los oídos tras ducharse o bañarse en piscina.
  • Evitar la exposición prolongada a ruidos fuertes.
  • Mantener la nariz despejada, sobre todo durante el invierno.
  • Realizar una revisión auditiva anual en un centro especializado como Cottet.

Conclusión: cuidar tus oídos es cuidar tu bienestar

En definitiva, el dolor de oídos no debe pasarse por alto ni tratarse a la ligera. Lo que comienza como una molestia leve puede esconder una infección o una alteración que, si no se atiende, acaba afectando a la audición o al equilibrio. 

Puede deberse a múltiples causas, como infecciones, tapones de cera o cambios de presión. Si el dolor dura más de 48 horas o aparece junto con fiebre, secreción o pérdida de audición, es fundamental acudir a un especialista. 

Automedicarse o usar bastoncillos solo puede empeorar la situación, mientras que las revisiones periódicas permiten prevenir molestias y detectar a tiempo cualquier alteración auditiva.

Confía en los mejores profesionales

Cuidar de nuestros oídos es mucho más importante de lo que nos pueda parecer. En Cottet, realizamos las revisiones con tecnología avanzada de la mano de especialistas con experiencia en salud auditiva y, además, disponemos de una amplia gama de productos en audiología

Las revisiones periódicas son la mejor forma de mantener una buena salud auditiva. Confía en nuestros profesionales y pide tu cita online cuanto antes.